El liderazgo no se trata de poder, orgullo o popularidad. Se trata de desarrollar una postura de amor genuino por su gente y su misión.
Se necesitan agallas para mostrar ese tipo de emoción, y se necesita autoconciencia e intencionalidad para acabar con los sentimientos de orgullo que pueden surgir cuando avanzamos en la vida. Aprenda a mantener su corazón humilde, permitirse ser vulnerable y enfrentar el presente con osadía.
Escuche alguna vez “los valientes son vulnerables y los vulnerables son valiosos”. Esto impactó mi vida, había mucha verdad en aquella frase. Dios fortalece nuestras debilidades mientras nos afina en Su propósito, solo que esto requiere de humildad. El guerrero debe ser conocido en primer lugar, por su sabiduría y luego por su destreza. Es ahí donde el humilde vence al orgulloso. Le animo a revisar si ha permitido que el orgullo se levante en algún área de su vida. No le de lugar.
Concéntrese en su misión y mantenga el enfoque. Esfuércese por ser un líder centrado en los demás en lugar de un líder centrado en sí mismo. Sea humilde y real.
Juan Torres Zea
#liderazgo #inteligenciaemocional