Aunque sepamos que las personas valoran la honestidad, a veces no estamos seguros de cuánto decir, cuándo decirlo o decirlo. Es importante ser real, pero no raro.
La transparencia requiere una honestidad despiadada y sabiduría estratégica. Sin embargo, no es todo o nada. La transparencia y la verdad son dos cosas diferentes.
Algunas personas creen erróneamente que debes ser completamente abierto o ser completamente reservado. Pero la realidad es que puedes ser transparente sin divulgar todos los detalles ni cubrir todos los temas. Aquí hay momentos en los que la transparencia total no es prudente:
• En el momento equivocado. Elegir cuándo ser transparente es sabio, no engañoso.
• A las personas equivocadas. No todo el mundo necesita saberlo todo.
• De forma incorrecta. Si sus emociones son altas, su juicio generalmente es bajo. Si está enfadado, espere antes de llamar, reunirse, publicar algo en internet o presionar “Enviar”.
Por encima de todo, para ser sincero y transparente con los demás, debe ser sincero y transparente con usted mismo.
Juan Torres Zea
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